Opinión
Yo no me quejo de los palmeros que rodean a los políticos
Advertencia.- La manía persecutoria es una enfermedad tan extendida como la fiebre o la tontería. Por eso los más perspicaces creen reconocerse en mis artículos y se dan a los demonios. Insisto enérgicamente sobre el hecho de que mis personajes son ficticios. Cualquier semejanza que exista o haya existido seria, como dijo aquel, pura coincidencia…o según a mi me parezca el momento y la persona.