El Ágora de Alhaurín

  • Diario Digital | domingo, 05 de mayo de 2024
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Yo no me quejo de las prestaciones que cobran algunos

…seguro que por su mente transcurren los momentos maravillosos que sentada en la arena de una de las playas de Málaga, observa el gran charco que es el Mediterráneo, el ruido de las olas termina en convertirse en las pulsaciones de su espíritu, la mañana llega majestuosa y pequeñas olas acarician la húmeda arena, sus pies y su alma se serena…

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Yo no me quejo de las prestaciones que cobran algunos

Mis queridos lectores, familia, amigos y conocidos,  vosotros sabéis que yo por norma no me quejo, no es propio de mi. Hace unos días los telediarios, la prensa de papel, la digital, los corrillos de los bares, en los mercados y en los lugares más variopintos había un tema que acaparaba la mayoría de las conversaciones y las portadas de los periódicos el nombre propio era Magdalena Álvarez.

La vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) Magdalena Álvarez, ya llevaba unos días en el candelabro, lo digo por las luces que la jueza Alaya, la de los ERE la mencionó y hasta la imputó, esa presunta culpabilidad ella la negó por activa y por pasiva. Aunque la jueza Alaya, tozuda ella erre que erre la imputaba por su implicación en una “jartá” de millones de euros que tuvieron un destino errante, como la vuelta de Ulises a Ítaca.

La señora Magdalena se levantaba un mes sí y otro también la bonita cantidad de 23.147,26 euros, por ser vicepresidenta. Por como desarrollaba su trabajo no sé si era justa o injusta la cantidad, seguro que sí. Ella en el desempeño en sus anteriores actividades ya demostró su valía, bueno, a veces no tanto, pero como había manejado dinero e inversiones seguramente era la persona más idónea, aunque ahora la juez Alaya lo ponga en duda con su imputación.

En la terraza del hotel Miguel Ángel de Madrid y atrincherada en una copa de vino y un plato de patatas fritas, seguro que por su mente transcurren los momentos maravillosos que sentada en la arena de una de las playas de Málaga, observa el gran charco que es el Mediterráneo, el ruido de las olas termina en convertirse en las pulsaciones de su espíritu, la mañana llega majestuosa y  pequeñas olas acarician la húmeda arena, sus pies y su alma se serena. Ya ven amigos hoy me encuentro en pura poesía, es lo que me inspira el drama de Magdalena. Este punto desinhibido, es casi de premio literario, ¡no me lo negareis!.

Ella se ha visto en la tesitura de tener que dimitir muy a su pesar de su cargo de vicepresidenta y su pesar no sean ustedes mal pensados, no es porque deja de recibir esas mensualidades, que para ella es lo de menos, ella ostentaba ese cargo para servir y no para servirse –ella tampoco se quejaba-. Pero tras reflexionar durante un rato y soltar el Eureka de rigor llegó a la conclusión que el culpable de todos sus males era el PP y se preguntaran ustedes porque llega ella a esa conclusión, muy fácil almas cándidas.

De Guindos, la culpa es de él, porque en el PP quieren su vicepresidencia y “como el PP no respeta las reglas he dado un paso atrás: el puesto para ti” ha declarado. El BEI pierde una vicepresidenta y el cuerpo de inspectores de Hacienda gana un miembro, ya que pedirá su reingreso, ¿desde cuándo no ejercía esa profesión? No seré yo el que me queje si se reincorpora al glorioso cuerpo de inspectores de Hacienda.

¿Se imaginan a Magdalena llamando a las nueve de la mañana al SEPE y pidiendo cita previa para apuntarse al paro?  Pues yo sí y no le rindo las ganancias cuando le pregunten por su experiencia laboral.

¿Edad? Algo más de sesenta, ¡pero no los aparento! ¿Último trabajo? Vicepresidenta y ya tengo toda una vida por detrás ¿y qué desea? Cobrar una prestación por ser mayor de 55 años ¿Qué tipo de contrato tenía en su último trabajo? A media jornada señorita, ¡yo era vicepresidenta! ¿Lugar de trabajo? En Luxemburgo, eso es el extranjero. Señora Álvarez le informo que  usted no tiene derecho a la prestación, ya que su último contrato fue a media jornada y eso no le da derecho a cobrar la prestación para mayores de 55 años y por trabajar en el extranjero también le denegamos la prestación. Estoy convencido que si esa situación fuese real, a ella le entraría la risa floja y no se quejaría.

Pero este supuesto es real, no en el caso de Magdalena Álvarez que le ha quedado un subsidio de 10.000 euros al mes hasta su jubilación y después un mínimo de 4.000 euros por mes. Muchos de los contratos que se les hacen a personas de más de 55 años son a media jornada para gloria del patrón y zozobra del empleado, imaginaros un contrato de media jornada de seis meses a un trabajador de 60 años y que tenga una nómina de 800 euros, pues que sepa que lo aliñan con un paro de unos 250 o 300 euros y no tiene derecho ni siquiera a los 426 euros de prestación por ser mayor de 55 años. Yo no me quejo, pero no todos somos iguales. Por eso no creo que ella se queje de la prestación que le ha quedado. Es más con esa prestación puede lucir como un escaparate de Cartier o Dior.

Para esta queja de una persona ambiciosa Noel Clarasó (1899-1985) Escritor y guionista español Dijo: No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas obtener con toda seguridad. Sitúate sólidamente en el puesto que te corresponde. Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable.