Hace mucho, mucho tiempo en una céntrica plaza, de una céntrica ciudad, de un pequeño país, se juntaron un grupo de inconformistas con la idea de cambiar la vida de los habitantes de ese pequeño país y sobre todo acabar con la historia de los últimos 500 años… más o menos. Y empezar un nuevo país desde el 15 M de 2011.

Desde sus tiendas de campaña ancladas en la Puerta del Sol. De ese movimiento “espontaneo” nació un nuevo líder mesiánico, Pablo Iglesias, que arengó a los acampados desde ese centro neurálgico y sobre todo desde las televisiones y periódicos –que vieron en él un filón casi inagotable- desde los diferentes púlpitos, lanzó soflamas a todo el que quisiera escuchar y al que no quisiera escuchar se le “recomendaba” que lo hiciera. Se convirtió en un héroe casi mitológico, sus acólitos y seguidores se multiplicaron como los panes y los peces.

A los pocos meses se organizaron en círculos, sus reuniones eran como la de los caballeros del rey Arturo y la tabla redonda –en el caso de Pablo le quedó cuadrada- el primer problema que surgió; era el de la comunicación entre los círculos, cualquier decisión tenía que ser consensuada con la cúpula y que esta diera el visto bueno. Transcurridos cinco años aún hay consultas a las que no les han dado respuesta. La cúpula hoy en día ya no se acuerda de lo que son los círculos, ni ninguna otra figura geométrica.

Desde antes de convertirse en partido político, ya nos ofrecían una gran parte de sus ideas, peregrinas y sin fundamento, pero todo el que las quisiera escuchar las abrazaba como un náufrago a un tablón en medio del océano. Una paga sin fin, ristras de chorizos para atar a los perros, una Arcadia. De Pablo se le pueden decir mil cosas y muy pocas buenas, pero entre las buenas hay que reconocerle que ninguno de sus enemigos –él no tiene rivales- le llega a las canillas a la hora de comunicar y de predicar sus eslóganes o frases hechas. Lleva dos años viviendo de ellas y ya se les están terminando y ha vuelto a empezar con las que le dieron la fama, pero el mensaje ya está manido y sobado.

Pablo y sus apóstoles se marcaron una meta, un fin, el liberar a 45 millones de españoles malnutridos, analfabetos, sometidos y esclavizados por el bipartidismo. Pablo y sus camaradas empezaron a copar algunas televisiones, se convirtieron en uno más de la familia, ponías el telediario a la hora de la comida y te entraban ganas de preguntarle si quería una sopita y un flamenquín, por la noche yo hasta llegué a ofrecerle un yogurt con sabor y “mijitas” de piña, lo miraba con interés, pero al ver que era marca “Hacendaño” me pareció que no era su marca preferida. El prefiere más las piñas del Caribe, o los dátiles iraníes y por supuesto el yogurt griego. Yo estaba convencido que Pablo tenía el don de la bilocación, para mí era como Santa Teresa, pero con coleta.

¿Dónde quedan los principios de Podemos?

Gracias a esa campaña mediática que le hicieron consiguió sentar sus reales en Europa él y cuatro más. Convirtió en realidad su eslogan de “si se puede” yo un incrédulo, me tragué sin agua todo lo que había dicho y escrito de él. Su recorrido fue corto ya que él se consideraba preparado para hazañas mayores ¡¡¡el gobierno de España!!!

La renta básica para los 45 millones de indigentes de España, su salario mínimo multiplicado por tres y el resto de sus ingresos para ONG´s , obras de caridad y para los necesitados, esos residuos del salario de él y de todos los integrantes del partido entregados de forma altruista caló en la sociedad y le aportó un sinfín de votos, solo hay que ver que de los 2 millones de euros que Podemos en Catalunya ha ingresado, ha aportado la friolera de 6.000 euros al partido. Los indocumentados y corruptos que votaban al PP o al PSOE sin taparse la nariz –vale que era una inmensa mayoría del país- había que reconducirlos por la senda social y económica de la que ellos habían bebido y experimentado. Para que abrieran los ojos “escrachearon” a sus líderes y hasta rodearon el Congreso para impedir que siguieran sometiendo a un país.

El siguiente paso de Pablo y sus apóstoles fue predicar sobre las bondades que ellos habían puesto en práctica en países punteros en libertades y logros sociales que son los referentes mundiales; Venezuela, Cuba, Irán o Grecia. En esos países no se conculcan las libertades políticas, el derecho de la mujer alcanza cotas inigualables y la igualdad de géneros es la envidia del occidente más occidental, esos ejemplos son los que Podemos aplaude y nos quiere regalar a todos los españoles que no disfrutamos de ellos.

Era Robín Hood luchando contra el rey Juan sin tierra y la Pimpinela Escarlata en su lucha contra Robespierre. Lástima que al cabo de dos años solo quede que es un oportunista, que no consiguió una vicepresidencia al lado de un simple como Pedro Sánchez. Lleva meses pasándose por el arco de su triunfo todos los eslóganes, promesas y principios, es una máquina de cambiar de pensar y de parecer.      

Pablo, que es un paladín a la taza defendiendo sus principios de la lucha de los de abajo, contra los de arriba, lo lleva siempre a gala y lo pone en práctica…casi siempre. Solo hay que ver como se puso y lo que dijo del PP y de Rita Barberá por su aforamiento y a la primera de cambio, sin la menor vergüenza apoya el aforamiento de Homs imputado por el 9 N. Recordar que Francesc Homs (CDC) era el Portavoz de la Generalitat de Catalunya.

No engañan a nadie, son bastante toscos, bruscos, brutos, algún bastante mal encarado y parte de su infantería va enmascarada, pero sus seguidores están encantados con esa estética. Se pasan el día dando lecciones de moralidad –su moralidad- si les eres útil, te ensalzan y te llevan en volandas, pero como se te ocurra no plegarte a sus deseos; el Basilisco mitológico, tenía una mirada dulce y enamorada al lado de las de ellos. ¿Dónde quedan los principios de Podemos? En las guerras intestinas y purgas que hay cada día para llegar a la cúspide de la agrupación, ya no queda nada de sus postulados. Pablo ha convertido a Podemos en Casta con mayúscula.

Loquio, Soli Loquio