El Ágora de Alhaurín

  • Diario Digital | viernes, 03 de mayo de 2024
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Los telepredicadores

Cómo siempre os dejo una frase célebre, que dijo un señor célebre, que sirve como prólogo y epilogo “Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores.” Churchill, Winston

Los telepredicadores

Los nuevos grupos políticos que han concurrido a las elecciones generales del 20D se habían propuesto acabar con el bipartidismo, y todos con el PP. Y si escuchamos a los líderes de los tres partidos que han quedado segundo, tercero y cuarto, parece que creen que han acabado con la derecha que significa el PP.

Desde que terminaron los recuentos de los votos, todos ganaron y era el fin del bipartidismo. Y una leche, la suma de escaños entre el bipartidismo 123 (PP) + 90 (PSOE) = 213 de 350 que es la totalidad del Congreso, la mitad más uno son 176. La realidad es que los dos partidos que han gobernado los últimos 33 años, PSOE y PP, suman más del 50% de los votos. También es cierto que la imagen de Rajoy, siendo bondadoso, es la de pusilánime y la de Sánchez, es la de un abraza farolas. Pero el telepredicador que es Iglesias fue el primero en salir y explicar a sus correligionarios su aplastante victoria sobre el resto, con un “im presionante” ¡¡¡12,67 % de los votos!!! Que le habían supuesto 42 escaños, de los 350. España ha votado por el cambio, declaró sin atragantarse ¿Y el Senado?, mayoría absoluta de la derecha.

Telepredicador, Iglesias es un telepredicador, de los que por imposición de sus manos hace caminar a los no inválidos que están de attrezzo para jolgorio de los asistentes cuando salen caminando más rápido, que un legionario en una de sus marchas. Discursos con cara de decir la verdad, -es un seductor- pero que son mentiras, conscientes o inconscientes, planes económicos con cara de saber lo que dice, pero si haces la cuenta de la vieja, te das cuenta que solo son farfollas y tonterías de grado superlativo.

Iglesias, el esperpento de la política

En esta campaña han saltado al estrellato un par de telepredicadores de tomo y lomo. El Iglesias, con ese aspecto estudiadamente desaliñado, con sus deltoides de libélula, que no le permiten caminar con su bolsa al hombro, porque se le resbala si no la pone en bandolera, ese peinado que no corresponde con su edad, todo ello da una imagen antigua, de finales de los setenta, como sus propuestas.

¿Y sus soflamas? Cuando habla de economía no llega ni a primero de carrera, son incoherencias tras incoherencias, pero tiene un gran club de fans que le compra la sarta de sandeces que suelta sin ton ni son. ¿Y cuando habla del problema social? me recuerda a los deseos de las mises cuando ganan un concurso, “paz en el mundo, que los niños no pasen hambre –con su programa pasarían hambruna- y que se acaben las guerras en el mundo,”hay boxeadores con más de trescientos combates que ordenan mejor las ideas.

Y después está el morro que tiene, yo no salgo de mi asombro que un partido que ha conseguido 42 escaños de 350 se crea el referente moral de todo un país y con la potestad de mangonear como si no costara.

Este telepredicador y sus conexiones con democracias cómo la venezolana, a la que él y sus muchachos han ayudado a conseguir unas cotas de libertad y de bienestar no conocidos por esos lares, o la más que sugerente democracia iraní, preñada de libertades y que seguramente a él le encantaría que fuesen el modelo para un país como España, que tal como él lo pinta, tiene que ser lo más parecido al país más subdesarrollado de África, aquí no hay sanidad –de las mejores del mundo, con todos sus defectos- no hay educación –España es uno de los países que más invierte en educación de Europa- Aquí, según su ideología no hay democracia -suerte para él y su partido, que sí que la hay y puede hacer y decir esa sarta de majaderías, debería probar a decirlas en las democracias que él tiene como modelo- y lo más delirante, es que ya estamos viendo su modelo de gobierno en los ayuntamientos que ha conseguido, con el apoyo del cómplice necesario en que se ha convertido el PSOE, su futura víctima.

Me equivoqué en mis predicciones

He de reconocer que me equivoqué con él y su partido, yo era de los que estaba dispuesto a apostar la fortuna de otro, a que no conseguiría ni un 5% del porcentaje de votos, pero las tres cadenas de televisión que lo han tenido entre sus pechos, han conseguido que mis previsiones se fuesen por el sumidero. También el que hasta ahora es nuestro presidente de gobierno, puso de su parte el día que lo invitó a la Moncloa, para que se uniese al pacto antiyihadista, brutal esa torpeza, solo recordar cual era la intención de voto que le daban las encuestas en ese momento y bajando.

Rivera, se ha quedado en la orilla

El otro telepredicador Albert Rivera, este tiene mucho menos recorrido, pero por culpa de él. La empresa le ha superado y ha dilapidado en una semana todo lo conseguido a lo largo de los años en Catalunya y las expectativas que había generado en el resto de España. Por una mala actuación en un debate, en la que se vio que no se faja también como creía.

Haciendo el símil de un boxeador; se ha visto que tiene buena figura, que está en el peso, pero, siempre los peros, diez asaltos son muy largos y a partir del quinto se le han visto las carencias, su juego de piernas ha sido torpe y previsible, su pegada es muy blandita con la mano izquierda y la derecha no tiene peso, su guardia baja ha permitido que le den en la “pera” más golpes de los necesarios y eso con rivales con un poco de experiencia es fatal.

Tras estos combates ha quedado “sonado” pidiendo combate nulo, pero las puntuaciones lo han descabalgado para la lucha por el triunfo, se ha quedado en el rincón, compuesto y sin pacto, ya no suma… ni resta.

Cómo siempre os dejo una frase célebre, que dijo un señor célebre, que sirve como prólogo y epilogo “Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores.” Churchill, Winston