…“Puede que mi opinión haya cambiado, pero no el hecho de que estoy en lo cierto” .No recuerdo al autor de la frase, pero yo la firmo con toda sus consecuencias.

Joan Manuel Serrat tiene una canción que es una delicia y que más de uno hemos tarareado y hasta aplicado a esos “locos bajitos” que nos rodean, la canción en cuestión es: “Esos locos bajitos”

“Esos locos bajitos”
A menudo los hijos se nos parecen,
y así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar.

Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.

Mi querido Joan Manuel cuando compuso esta canción, no sabía que treinta años después un “loco bajito” nos jodería con su pelota, con lo que dice, con lo que hace y hasta con lo que toca. Este no ha cargado con nada, todo lo contrario. Se ha cargado a nuestros dioses, nuestro idioma está por ver si no lo hace, el es un rencor con piernas y lo que sí es seguro, que si puede arrasa y lamina nuestro porvenir.

En la letra de la canción, Serrat afirma, “que a veces los hijos se nos parecen y que así nos dan la primera satisfacción”, ya. “Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par” este Iglesias tiene una mirada fija, que da miedo “sin respeto al horario y las costumbres” el solo respeta su horario y sus costumbres “y a los que por su bien hay que domesticar” a él solo lo domestica su ego y sus ansias de poder.

En muchas ocasiones me aplico esta frase a mi día a día y casi siempre es por culpa de algunos políticos “Puede que mi opinión haya cambiado, pero no el hecho de que estoy en lo cierto” .No recuerdo al autor de la frase, pero yo la firmo con toda sus consecuencias.