El Ágora de Alhaurín

  • Diario Digital | domingo, 05 de mayo de 2024
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Yo no me quejo

“Nadie puede decir que yo me haya quejado ni una sola vez de los badenes, esos badenes con la altura suficiente para practicar el parapente o el puenting, o esas bandas sonoras, que se deben de llamar así por los sonidos que tras pasar por una de ellas el coche suena diferente…”
Yo no me quejo

Vosotros me conocéis y sabéis que yo por norma no me quejo… bueno a veces un poco y os puedo decir un manojo de ejemplos de lo que digo, que yo no me quejo.

Nadie puede decir que yo me queje por la informalidad de las personas que te dicen que te van a llamar, algo que por norma dicen cuando te han pedido un favor o les has sacado de un apuro, pues yo de esas personas no me quejo. Con los políticos eso no ocurre sean del pelaje que sean o tengan la categoría o des categoría que se les supone, ellos siempre cumplen con sus compromisos y sus promesas… salvo ocasiones contadas

Nadie puede decir que yo me haya quejado ni una sola vez de los badenes, esos badenes con la altura suficiente para practicar el parapente o el puenting, o esas bandas sonoras, que se deben de llamar así por los sonidos que tras pasar por una de ellas el coche suena diferente, o los “bujeros hechos para arriba” –esas bandas pintadas de amarillo y negro- que te encuentras antes de las 113 rotondas que tenemos que atravesar para ir de un lado a otro de nuestro pueblo y cuando pasas a 40 kms por hora, la cabeza con su correspondiente cuello parece que se han enfadado y que cada uno quiere seguir un camino diferente. Hay dunas en el rally Dakar con menos altura.

Que conste que yo no me quejó cuando circulas con tu coche con la intención de llegar a casa o al trabajo ¡¡¡maldita sea!!! y te encuentras que no puedes seguir porque están haciendo una obra, obra que no han señalizado y tampoco es propio de mi que yo me queje porque los operarios te miren y pasen de los que hemos quedado atrapado, que va, yo de de eso tampoco me quejo.

Yo nunca me quejo de las personas que me rodean en la terraza de la cafetería donde acostumbró a tomar un café y no puedo oír mis pensamientos, porque no hablan, chillan, gritan, aúllan, truenan, te enteras de lo malo que es el marido de la señora que hay dos mesas más allá de la que ocupo, de sus penurias económicas, lo malo que es el alcalde, lo pésima que es la oposición, lo gorda que se puesto la amiga, que lento es el servicio y niños pequeños que tropiezan con la mesa que ocupo, parece que no tienen padres en la mesa de al lado o en su defecto le pegan un grito al niño que tiembla el Espíritu Santo y el Misterio juntos. Esos niños tienen por norma nombres extranjeros y reciben la curiosa reprimenda de la madre, esa de “Kevin no molestes al señor” por supuesto que no mueve un musculo por contener a Conan “El Barbaro”, hasta que a los dos minutos pega otro grito, que le corta la leche a mi café y a mi casi me paraliza el corazón, que pulmones mas poco aprovechados, la opera se ha perdido un puñado de sopranos.

Si os fijáis esos niños que te amargan ese dulce momento de tomarte un café envuelto en tus pensamientos, nunca corretean o chillan al lado de sus papis. Lo hacen alrededor de las otras mesas ¿estarán aleccionados? Pues de eso tampoco me quejo –yo he tenido dos Conan- no recuerdo que los míos se comportaran así, lo que no quiere decir que no lo hicieran, lo que sí puedo asegurar que esos chillidos nunca los he dado.

Pues después de todo esto que os he contado, más de un amig@, Neus o mi hijo Cris, no paran de decirme que me paso el día quejándome, que si el calor, que si el periódico, que si internet, que si ya tengo un programa informático caducado, que si de la derecha, o de la izquierda, del café excesivamente caliente, del calor, de las patatas sin sal, de los que chillan para hablar –de estos protesto, pero no me quejo- que me quejo del precio del tabaco, de este Gobierno, del otro, del autonómico y del secesionista, de ver los Simpsons todos los días –siempre capítulos repetidos- conozco a personas que son capaces de contarte los diálogos del capítulo sin ver las imágenes, del calor, de la agenda, de mi perrita que no me hace caso –salvo cuando estoy comiendo-, del agua fría en la ducha, lo del calor es porque supuestamente me quejo por la mañana al mediodía y por la tarde del puñetero calor, de las comidas sin sabor, porque te la ponen para que la coma un traga fuegos y según ellos me quejo de más cosas, pero no es cierto…creo.

“Queda prohibido quejarse de todo sin proponer nada”

Martha Rocío