Yo no me quejo de los resultados electorales ni ahora ni antes. Todos los que me conocéis y apreciáis, sabéis que en mí no hay posibilidad de queja. En el 2011 la resta de Zapatero, más la suma del PP dio con los huesos de Mariano Rajoy en La Moncloa con una mayoría absolutísima y tras cuatro años, adiós sumas, restas y algún que otro quebrado.

Han pasado dos días desde el recuento de votos para el Congreso y el Senado y hay algo que está más claro que el agua clara. Rajoy lo tiene en arameo para ser nombrado presidente de este desgobierno que se nos avecina. Rajoy irá al Congreso y someterá su candidatura a votación. Voy hacer de Pitia el Oráculo de Delfos, -es por entroncarlo con el nombre de este medio- en la primera votación, agua, ya que es necesaria la mayoría absoluta, en segunda votación, agua, ya que necesita una mayoría simple a la que tampoco llega.

Y tras estos noes que le estallaran en los oídos, ¿qué debería hacer el candidato?, yo sé lo que haría yo, pero lo que haga él y lo que le obligue hacer el partido es otra cosa. Está claro que en cuatro años de gobierno no se deben perder más de cuatro millones de votos, algo no se ha hecho bien o se ha hecho algo muy mal. Yo sigo con mi teoría de la comunicación. Me parece increíble lo mal que comunica este partido a todos los niveles y la habilidad que tiene para comerse o fagocitarse como Saturno a sus hijos -sigo con mi analogías greco-romanas-.

En estos cuatro años he visto y asistido a mítines, tertulias, entrevistas y comparecencia de todo tipo y pelaje y siempre llego a la misma conclusión, que mal comunican lo bueno y como pasan de puntilla de lo menos bueno. Para parte del Partido Popular, Rajoy ya está amortizado, o debería estarlo.

El número mágico 176 lo tienen a mucha distancia todos, eso significa nuevas elecciones en marzo o abril. No creo que sea la mejor solución, pero ahí está. ¿Qué debería suceder para que esto no ocurra?, solo hay una posibilidad, que el PSOE se decida por actuar cómo un partido de estado. El problema son los intereses entre las diferentes facciones socialistas: Andalucía, la alicaída Madrid y la no se sabe Catalunya.

Se me olvidaba meterme con Pedro Sánchez “El chillón” -porque chilla y mucho-. La imagen de Pedro Sánchez el domingo por la noche haciendo una valoración de los resultados me hizo una bola la garganta, ¡¡¡estaba contento!!!, feliz como una lombriz, después de haber cosechado unos resultados que se pueden comparar a los de Rajoy, pero peores contando de donde venía, pero si en Madrid quedó como cuarta fuerza y sus hoplitas -otra referencia griega- lo aclamaban como presidente, a lo que él ponía una sonrisa, que no quiero calificar, bueno si, lo hago, no se ha enterado que se ha dado un “majazo” de padre y señor mío.

Esa noche del domingo quien le puso morro, pero morro de oso hormiguero fue Pablo Iglesias, él se postuló como nuevo presidente de lo que quiera de la España que él se imagine, que no sería ni la de usted querido lector, ni la mía. No me quiero imaginar y no me imagino a un presidente como Pablo Iglesias para España, un presidente que tiene las puntas de la coleta abierta, una mascarilla y buen champú le arreglaría un poquito, él está bien como tertuliano en las televisiones, pero conduciendo un país como España, no me lo quiero suponer.

La suerte que tendremos los españoles es que Iglesias será lo que sea, pero lo que él dice va a misa y su palabra es ley. Seguro que sus votantes, los que le habéis dado 42 sillones en el Congreso os acordareis de sus palabras en un programa de televisión “Salvados” de Jordi Evole, no confundir con “Sálvame”. Pablo Iglesias declaró lo siguiente: “Si no gano las próximas elecciones generales igual me voy” para apostillar en otro momento de la entrevista: “Si no gano me voy” Así que la noticia es que Iglesias se va, no se sabe a dónde, pero seguro que cumple su palabra y se va. Yo no me voy a quejar.

Albert Rivera, el sueño de una noche de verano. Lo peor, se ha quedado a medias de nada, se quedó en que no voy apoyar a ningún partido, lo que para él era un mantra de limpieza, pureza y equidistancia con los innobles partidos, partidos -a los que apoya en Madrid y Andalucía- Rivera deberá hacer examen de conciencia de que es lo que quiere, se ha olvidado de Catalunya, su origen y en dos meses mal contados ha pasado de postularse como primer partido, a ser la quinta fuerza.

Este tema me gusta y seguro que cada día nos llevaremos una sorpresa con las declaraciones de los lideres, ¿he escrito lideres? Es una broma del teclado. Espero que no se lo tomen como que solo quiero meterme con ellos… que es posible, pero sobre todo lo hago porque es mi obligación. Espero que ellos tampoco se quejen.

Para poner un punto y seguido os dejo una frase de un político. “El poder es solamente facilidad de expresión.” Giulio Andreotti