Todos los que me conocen saben que yo casi nunca me quejo, solo en raras ocasiones y por supuesto en privado y con los interesados, nada de ponerme histérico ni dar un espectáculo, eso no es propio de mí, pues hoy en el Pleno casi me dan motivos para quejarme.

Hoy 18 de julio he disfrutado de otro pleno en nuestro ayuntamiento lleno de concordia, razonamientos, de un nivelazo que puede sentar precedentes, de una retorica que Demóstenes copiaría sin enrojecerse, de una cortesía que en los salones de Versalles donde Luis XV sentaba sus reales no pudieron ver ni sentir y sobre todo educación ¿he escrito educación?, esa parte se les olvidó hoy al salir de casa, las prisas, seguro, creo que uno o dos se dieron la vuelta a cogerla, pero el resto prefirieron llegar con lo puesto, pero yo de eso ya no me quejo.

Tampoco me voy a quejar de no haber parado ni unos minutillos para tomar un café, a mi me habría venido de escándalo y si lo acompaño con un par de churros me habría sentido con la fuerza y la moral suficiente como para aguantar las barrabasadas de unos y otros. A ellos casi les habría venido mejor que a mí, seguramente habrían roto esa tendencia de meterse  en el barro más fangoso y maloliente que últimamente ha cubierto el salón de plenos.

Uno de los momentos cumbre y más patético de este pleno ha sido cuando unos a otros se lanzaban a sus respectivos hijos por encima de la mesa de plenos, ha sido un momento edificante –ironía- mi alma cándida me ha obligado a irme fuera del salón a fumar un Camel –cigarrillo liado, que no “aliñado”- Hemos coincidido unos cuantos concejales con las mismas intenciones que yo, tras ese cigarrillo hemos vuelto cada uno a su sitio, ellos a sus sillones de concejal y yo a mi silla de prensa.

Uno de los puntos a tratar era el conflicto de Gaza, si hoy algunos de estos concejales tienen a su alcance un misil no tengo la menor duda que se lo tira a la cabeza al de enfrente, algunos en vez de ponerse colonia “Varón Dandy” se han puesto “Heno de Rabia” y atufaban a rabia, se le fue de la mano y se pusieron unos golpecitos de más. Tampoco me quejo de ese confortamiento. Otro momento glorioso ha sido cuando un concejal le ha dicho a otro que era un “payaso” omito los nombres ya que el presidente no ha oído ese venablo “envenenado” que se han lanzado de una fila a la otra, lástima que se utilice una de las profesiones más maravillosa que hay como si fuese un insulto, creo que en un próximo no me quejo haré un pequeño diccionario de insultos para que se los puedan lanzar unos a otros, no serán como los que propone Cyrano, serán algo más livianos y los tendrán gratis.

Y como remate del desbarajuste de este pleno, sobre todo por no haber podido tomar un café, han sido los momentos en que se cambiaba la presidencia, yo recuerdo a un profesor que tuve –profesor de la época que de un tirón te podía arrancar la oreja y estaba bien visto- el concejal Gerardo las dos veces que ha ocupado la presidencia me ha recordado a aquel profesor, ocupa el sillón y todos dejan de hablar y de tirarse papelitos unos a otros, que voz se ha perdido la lirica. Lo más curioso es que estoy convencido que el resto de concejales añoran las formas del presidente, presidente y no del accidental.

No voy a entrar en el detalle de cómo se han debatido los puntos de hoy, no merece la pena, nadie los ha expuesto en condiciones, las interrupciones acostumbradas tenían menos gracia de lo habitual y eso es complicado y lo que cada vez me sorprende más, son las enormes dificultades que tienen para leer sus puntos, es verdad que unos más que otros, pero los leen como si les viniese de nuevo y no supiesen su contenido, pero aunque parezca imposible las replicas son peores, si, son peores, se atropellan a la hora de exponerlas, hablan como si tuvieran una señal de retorno que los descoordinara, que horror, que nivelazo. Algunos concejales deberían de pagar y no cobrar por hacer lo que hacen y no lo que deberían hacer.

Pero yo como es mi costumbre no me quejo, eso es lo que hay y en el próximo pleno tal como progresan será menos y peor ¿imposible? No, se esforzaran y lo conseguirán. Aunque lo importante, espero que no se les olvide es la media horita para el café, los diabéticos necesitamos ese aporte, pero si no lo tengo no me quejaré… o si.

Os dejo la cita de rigor en las que creo fervientemente “La consecuencia de no pertenecer a ningún partido será que los molestaré a todos.”

Ambrose Bierce  (1842-1914) Escritor estadounidense.