El pasado viernes, 26 de febrero, la peña flamenca Torre del Cante acogió una de las citas más tradicionales previas a la Semana Santa de Alhaurín de la Torre. La vigésima edición de la Exaltación a la Mantilla fue un acto solemne y sencillo organizado, como cada año, por el Coro Jabalcuza.

En esta edición, el pregonero fue José Rueda Rueda que aseguró sentirse nervioso ante la gran responsabilidad que suponía preparar un discurso adecuado para tan notable ocasión. Quiso resaltar que lo mejor en esta vida es “pasarlo lo mejor posible dentro del marco de los valores del respeto y la tolerancia”. Iniciaba así así su disertación.

José Rueda Rueda –Pepe Rueda para los amigos-, comenzó presentándose a los asistentes que le escuchaban con atención, respeto y devoción. Para Pepe, la Semana Santa es “una parte más de la riqueza cultural y el sentir popular”.

Natural de Alhaurín el Grande -pueblo cofrade “por los cuatro costados”-, Pepe lleva años viviendo en Alhaurín de la Torre. Participando activamente de su cultura, de sus tradiciones y de sus festividades más señaladas. El día del patrón, la feria de San Juan, el festival flamenco, la fiesta de los 60’s, las verbenas y por supuesto, la Semana Santa. “Me impliqué en todo lo que rodea la vida y el sentir de la gente”. Y es que en Alhaurín de la Torre, explicaba, la Semana Santa se vive “con pasión y con entrega” pero también “con empaque y con belleza”.

Los orígenes de la Semana Santa se remontan al siglo II, donde ya comenzó a reservarse un domingo del año para conmemorar la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús de Nazaret. Y en el año 525, se estableció que la Pascua de Resurrección será siempre el domingo siguiente a la primera Luna llena tras el equinoccio de primavera.

La representación de la Semana Santa se manifiesta de dos maneras, explicaba el ponente. Una eclesiástica, más espiritual. Y la otra, es “la de la calle, la soberana”, decía. “La de los tronos con cristos y nazarenos, con capirotes y música, con olor a azahar e incienso y por supuesto, la mujer de mantilla; la belleza personificada”.

La mantilla es una prenda femenina, popular en España, diseñada para cubrir cabeza y hombros en fiestas y en actos solemnes. Aparece en el siglo XVIII en forma muy distinta a como la conocemos hoy pero con el paso de los siglos, ha ido evolucionando. “Evolucionó del antiguo manto con el que tradicionalmente se cubría la mujer hasta convertirse en un elegante tocado”. De blonda, chantilly o tul.

“Para mí la mantilla es la prenda por excelencia con que la mujer se adorna con majestad y presencia”. En su discurso -aderezado con saetas y poemas- Pepe explicaba que cuando una mujer se viste de mantilla, ésta se transforma “en un baluarte de pureza andaluza”. “De gallardía al andar, de sutileza armónica entre sus pasos cortos y elegantes; El contoneo de sus caderas y la lozanía en su rostro”, añadía.

Su discurso concluía relatando lo que la Semana Santa significa para él. “Es la emoción de ver cómo la imagen de un cristo casi roza el farol al doblar la esquina de la calle Cantarranas con el comienzo de la calle Málaga” o “la incomparable belleza de ver pasar al nazareno bajo un balcón donde una garganta desgarrada apura los últimos tercios de una saeta”. Destacando finalmente el trabajo de las hermandades, pidió un aplauso para todas ellas.

Amplio reportaje fotográfico: Imágenes de la exaltación de la mantilla por el Coro Jabalcuza.