El equipo de Manolo Ramírez se quedó sin gasolina en Fines. Precisamente porque faltaron litros. Las bajas y un error garrafal, que provocó el 2-1, lastraron un trabajo de muchos kilómetros, de pendientes muy elevadas y de caminos de piedra. Claudio golpeó primero, y alcanza ya la decena de goles; Pablo dio esperanza a falta de 10 minutos, pero los locales sentenciaron en el tramo final.

El Victoria Kent entró al partido desde que pisó el Polideportivo municipal de Fines. O mejor dicho, desde que el conductor del autobús giró la llave para poner rumbo a Almería. Y se empezó a sentir cómodo. Dominó, generó peligro y superó al equipo de casa. Hasta que 20 segundos después de que se cumpliese el minuto 7, Claudio Da Silva recibió bola desde la línea de banda y rompió la red con un derechazo desde media distancia.

Los amarillos habían vuelto a dar el primer paso fuera de Alhaurín. Como en Gádor, Infantes, Villa del Río y Ceuta. Pero, otra vez, el cuadro local logró la remontada en los últimos coletazos previos al descanso. Antes del segundo, pudo llegar la réplica de los de Manolo, pero faltó efectividad. El primer tanto, gracias a un gran golpeo que dejó a Bolilla sin posibilidad de intervenir, y después, con un error no forzado de los visitantes. No forzado, garrafal y de benjamín. Pero había que levantarse. Así, acabó la primera parte (2-1).

Tras el paso por vestuarios, penalti. Prácticamente la primera jugada de la segunda parte. Y Villa de Fines tenía la opción ampliar distancias en el marcador. Pero el balón se fue al larguero. Todo igual. Se podía seguir remando. Lo que parecía un mar revuelto nada más subirse al barco, se quedó en una navegación a contracorriente. El resultado seguía siendo negativo. Había que desgastarse. Todavía quedaban 20 duros minutos de travesía.

Los almerienses, que perdonaron desde la pena máxima, no lo hicieron un rato más tarde. Cerca del ecuador de la segunda mitad, llegó el tercero. La mejor noticia era que todavía quedaba mucho tiempo. Algo menos de un cuarto de hora a reloj parado. Pero apareció Pablo Lloret, casi siempre acertado en los momentos más difíciles, para reducir distancias y apretar el resultado. Y para aprieto, el del Victoria Kent a los de Fines.

Insuficiente para empatar, Manolo decidió salir de cinco. Y se crearon ocasiones, se rozó el empate y se generó el miedo en el ambiente. Finalmente, el precio a pagar fue caro: el cuarto de Villa de Fines, que en el tramo final puso tierra de por medio. Aun así, había tiempo, aunque el tercero nunca llegó, y los colegiados señalaron el final. Y los puntos se quedaron en Almería, pero con la satisfacción de haberse vaciado por completo en la pista. De darlo todo. Eso sí, sin premio.

El Victoria Kent no pudo cerrar la primera vuelta puntuando. Pero la semana que viene, en vísperas de Nochebuena, y para despedir el año, toca viajar a Melilla. Última ciudad en la que se lograron los tres puntos fuera de casa (1-2 frente al Sporting Constitución en la tercera jornada). Melistar, a quien se venció en el primer partido de liga (5-1), es el próximo rival para el Kent. Esperemos que con mismo desenlace que hace tres meses y medio.